Muchas personas casi todos los días ingieren refrescos, de diferentes marcas de todo tipo ¿Y cuántas veces hemos escuchado eso de que los refrescos no son saludables? Muchísimas, y es cierto, ya que cuando tomamos un refresco de este tipo, ingerimos el 100% de cantidad diaria recomendada de azúcar, imagina que coges un vaso de agua, le añades 10 cucharaditas de azúcar y te lo bebes. Con la diferencia de que con el refresco, al llevar tal cantidad de ácido fosfórico no nos resulta tan empalagoso y lo toleramos mejor.
Vamos a ver como reacciona nuestro organismo cuando consumimos una lata de refresco.
- Como ya hemos comentado antes, al beber una lata, estamos consumiendo el 100% de azúcares necesarios en el día.
- A los 20 minutos, el nivel de azúcar en sangre se dispara, y se crea un pico de insulina. Nuestro hígado responde convirtiendo el azúcar en grasa.
- Transcurridos 40 minutos, nuestro cuerpo ha absorbido toda la cafeína. Nuestras pupilas se dilatan, y el hígado expulsa al torrente sanguíneo todo el azúcar que no ha podido absorber. Se bloquean las hormonas que hacen que nos entre el sueño.
- Cinco minutos después, se eleva la producción de Dopamina, que estimula el área del cerebro encargada de producir placer.
- Cuando ha transcurrido una hora, el ácido fosfórico se une al zinc, al magnesio y al calcio de nuestro intestino, acelerando así nuestro metabolismo.
- Después de eso, es cuando las propiedades de la cafeína hacen efecto y tenemos que ir a orinar, expulsando parte del calcio, zinc y magnesio que deberían haber ido a los huesos.
- Más tarde, tenemos un bajón en nuestro nivel de azúcar, que puede hacer que nos sintamos amodorrados o incluso irritables.
- Transcurridas 2 o 3 horas desde la ingesta, es cuando se produce en nuestro cuerpo el bajón de cafeína.
Uno de tus pensamientos al leer esto puede ser: ¿ Y los refrescos Light?
Este tipo de refrescos afirma que tiene 0 azúcar. Y es cierto, pero para compensar esto, se añaden edulcorantes artificiales en abundante cantidad.
Mucha gente, piensa que estos refrescos son válidos para una dieta sana en la que pretendemos perder peso y ganar músculo. Más válidos que los refrescos azucarados son, pero al beber uno de estos refrescos, gracias a los edulcorantes artificiales, se crea una respuesta hormonal negativa que hace que se aumente la producción de las hormonas encargadas de almacenar la grasa y aumenten las ganas de ingerir más azúcares y carbohidratos.
Otra razón menos técnica es que mucha gente da por hecho de que al estar bebiendo algo “sano” puede beber y comer más del resto, por lo que la falta de calorías muchas veces se ve compensada o excedida por otros alimentos.
Otra razón menos técnica es que mucha gente da por hecho de que al estar bebiendo algo “sano” puede beber y comer más del resto, por lo que la falta de calorías muchas veces se ve compensada o excedida por otros alimentos.
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