sábado, 17 de septiembre de 2011

FIBRAS PARA MEJORAR EL TRANSITO INTESTINAL



 

La fibra es una mezcla de diversas sustancias (celulosas, pectinas, almidones, entre otras) presentes en algunos alimentos, y que no son asimiladas por el organismo humano. 

A pesar de esta cualidad, la fibra es un componente indispensable para el buen funcionamiento del proceso digestivo. Absorber el agua para garantizar heces blandas, reducir la cantidad de colesterol circulante, volver más lenta la absorción de la glucosa, beneficiar a la flora intestinal y brindar protección ante el cáncer de colon, son algunas de las tareas más importantes que desempeña este componente de la alimentación.

No todas las fibras se disuelven de la misma manera en el agua. Por ello, existen dos tipos: las fibras solubles y las fibras insolubles. 

Como indica su nombre, las solubles son capaces de absorber agua con facilidad y es una aliada en la formación de la flora bacteriana presente en el intestino.

Por su parte, las fibras insolubles no se diluyen con facilidad en el agua y prestan colaboración en el tránsito intestinal, alejando al estreñimiento.

Los cereales y harinas integrales, las legumbres, las verduras, las frutas y las hortalizas son buena fuente de fibra. La recomendación es consumir veinticinco gramos de fibra diario en adultos. 

Sin embargo, los requerimientos diarios específicos para cada quien tienen que ser supervisados por un nutricionista, debido a que los aumentos bruscos en la cantidad de estos elementos pueden provocar gases, diarreas, dolores abdominales y náuseas. Además, el exceso de fibras limita la absorción de minerales como el calcio y el hierro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario